por el Dr. Alejandro Monti
IGEOPAT-UNPSJB
Todo espacio geográfico esta constituido por dos medios: a) un medio natural que conforma el geosistema que sirve de soporte para la vida y condiciona el desarrollo de las actividades del hombre y b) un medio socioeconómico político y cultural que define los modelos de organización de la sociedad que habita sobre el medio natural. A su vez, este medio natural esta definido por un conjunto de componentes físicas y biológicas de cuya interacción se van configurando las características de los paisajes naturales. Consecuentemente, un conocimiento profundo de los procesos naturales constituye una herramienta fundamental para interpretar la evolución del relieve en el pasado reciente y a partir de allí establecer tendencias de cambios morfodinámicos futuros.
Si bien los fenómenos naturales presentan cierta regularidad, hay eventos de aparición extraordinaria que afectan el ritmo normal de los procesos y en determinadas ocasiones la magnitud y frecuencia que alcanza el proceso natural puede transformarlo en un peligro potencial desde la perspectiva humana. Ello pone de manifiesto la aparición de situaciones de riesgo con la consecuente probabilidad de peligro de daño para el hombre y los bienes expuestos al fenómeno de origen natural. Sin embargo, las posibilidades de daño no dependen exclusivamente de la frecuencia y magnitud del fenómeno natural potencialmente peligroso. Por ende, las situaciones de riesgo de origen natural más complejas surgen cuando se combina alguna condición de vulnerabilidad socio-económica estructural de la población con la ocurrencia de un proceso natural potencialmente peligroso.
Ello se manifiesta muy claramente en los ambientes costeros con usos consolidados. La complejidad natural del sistema costero se ve incrementada en ocasiones a partir de la paulatina pero sostenida antropización del paisaje. Cualquier actividad humana, que no haya tenido en cuenta las limitantes naturales y la dinámica de los procesos costeros dominantes, puede superar fácilmente el umbral del aprovechamiento sostenible de los recursos (Barragán Muñoz, 2003), e interferir, modificar, o alterar los ritmos de evolución del litoral afectado. Ello puede manifestarse mediante la degradación de recursos, debilitamiento de la fragilidad natural del sustrato soportante de las actividades socioeconómicas, y la generación de diversos impactos negativos sobre la comunidad, sus actividades y sus bienes.
En la bibliografía sobre riesgos, se reconocen tres enfoques disciplinarios generales bajo los cuales se ha abordado el estudio de los riesgos. En orden cronológico de aparición y consolidación, dichos enfoques corresponden a: a) ciencias naturales, b) ciencias aplicadas y c) ciencias sociales. Cada una de ellos ha intentado ser un enfoque superador, y cubrir aspectos desatendidos por los restantes. Sin embargo, según Cardona (2001), aún existe una alta fragmentación que no ha permitido concluir una teoría consistente y coherente del riesgo, lo cual representa dificultades para lograr una gestión efectiva del mismo. Por lo mismo considera un desafío aún pendiente, abordar el estudio de los riesgos bajo un marco verdaderamente holístico, a partir del cual se realice una valoración integral y multidisciplinaria, que tenga en cuenta todas las variables que intervienen, desde los aspectos físicos del territorio hasta los condicionamientos económicos, sociales, políticos y culturales de una comunidad, y las interrelaciones emergentes.
Para leer mas sobre el tema:
MONTI, A, ALVAREZ,T. "GESTIÓN DE RIESGOS CON PERSPECTIVA TEMPORAL EN PEQUEÑAS COMUNIDADES COSTERAS PATAGÓNICAS: EL CASO CALETA CÓRDOVA (CHUBUT, ARGENTINA) en
http://www.igeopat.org/index.php?option=com_content&task=view&id=42&Itemid=46
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